Un buen truco para limpiar las fresas fácilmente es con la ayuda de una cañita (de las que utilizan los peques de la casa para beber).
Simplemente lava la fresa e introduce la cañita por la parte inferior de la fresa, la más estrecha. Debes hacerlo hasta que salga por el lado contrario levantando el «sombrero» verde. Habrás limpiado la fresa en un periquete dejando el máximo de carne jugosa lista para comer. ¡A disfrutar!
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