Si quieres que tus legumbres queden más tiernas y sabrosas lo conseguirás de la siguiente manera: déjalas desde el día antes de cocinarlas en remojo en agua salada. Y cuando las cocines no eches nunca la sal al principio, échala siempre al final de la cocción. ¡Quedarán sabrosísimas!
Con este sencillo truco de cocina, tus platos sabrán exquisitos. ¡Pruébalo y cuéntanos qué te ha parecido en los comentarios! Difunde este remedio con tus conocidos que sean más cocinitas para que lo pongan en práctica en sus platos.
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La dureza de las legumbres cocidas es debido a la dureza del agua con la que se cocinan (cal). Si se cuecen con agua embotellada, ya no quedarán duras. Eso sí, hay que dejarlas en remojo para que se hidraten desde el día antes (yo lo hago sin sal).