Para eliminar las malas hierbas hay un truco casero muy sencillo: echa un par de puñados de sal en la regadera. Añade agua hirviendo y remueve bien hasta que la sal se haya disuelto. A continuación riega con la mezcla resultante la zona donde no quieres que vuelvan a salir malas hierbas.
Si ves que en alguna zona vuelven a salir los hierbajos puede ser que la zona no se empapara bien con el agua saturada de sal. Repite los mismos pasos hasta empapar completamente todas las zonas que deseas limpiar.
Una alternativa barata al anterior truco sería hervir agua de mar.
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